Somos hijxs de la nada

23.07.2021

Por Valeria Mendoza*


Este año, Revista Estrépito, un proyecto literario independiente de Chiapas-Puebla, editó el poemario CUNA DE ARENA/ La herencia de Samantha de la escritora chihuahuense Karen Cano.

La teórica literaria Cristina Rivera Garza habla de una necesidad política de dolerse, de sufrir el dolor propio y del otro, mediante la cotidianidad: en este poemario Karen toma la voz de la madre, la hija, de una zona marcada por la indolencia del sexenio cruento de Calderón Hinojosa, e igualmente plasma sus propios miedos, sus incertidumbres, haciendo, entonces, de los textos incluidos un padecimiento colectivo.


"(...) en el más básico y también en el más

 desencajado de los lenguajes, esto me duele". 


Fotografía: Diane Arbus
Fotografía: Diane Arbus

A través de dos poemas de largo aliento la autora enfatiza la figura de las mujeres en un ejercicio de cuidado ("Ser (ella misma) unas y otras (...)/ para serlas todas y ayudarlas"), pero también reconociéndose en ellas, en su otredad vulnerada socialmente, cuando su madre la encomienda al cielo cada vez que sale.

En The Witness of Poetry, el escritor polaco Czeslaw Milosz argüía que las descarnadas condiciones de vida de la economía de mercado habían ensombrecido la literatura del siglo XX; sin duda el efecto se ha prolongado hasta nuestro siglo con autores como Sara Uribe, Gerardo Arana y otros más recientes entre los que figura Karen Cano, todxs ellxs con la extrañeza de contextos violentos como eje transversal de sus obras. Dicha extrañeza, que curiosamente proviene de la normalización de las violencias, donde "Nadie cuestiona al vicio de alejarse del abrazo fraterno", provoca una visión desencantada frente a los grandes ideales sociales y se descubre una herencia compartida que reza "Hemos nacido arrojados/ en sábanas de arena/ en el límite del odio": no existe, pues, tal cosa como un destino idílico, sino uno dado socialmente desde la vileza.

"Más que ficción, 

Cano proporciona el retrato de un país que 

sigue poniendo el dedo en nuestra llaga..."


La naturaleza, que el ambiente contagia con su aire rarificado por la violencia, el cuestionamiento a la ausencia de las muertas y los desaparecidos, la ambivalencia de una madre que dialoga con su hija sobre un futuro lo mismo inconsolable que preciso en su amenaza son también algunos de los elementos clave de este poemario donde la urgencia estética propuesta por Rivera Garza hace presencia para expresar "(...) en el más básico y también en el más desencajado de los lenguajes, esto me duele".


En The Witness of Poetry, el escritor polaco Czeslaw Milosz argüía que las descarnadas condiciones de vida de la economía de mercado habían ensombrecido la literatura del siglo XX; sin duda el efecto se ha prolongado hasta nuestro siglo con autores como Sara Uribe, Gerardo Arana y otros más recientes entre los que figura Karen Cano, todxs ellxs con la extrañeza de contextos violentos como eje transversal de sus obras. Dicha extrañeza, que curiosamente proviene de la normalización de las violencias, donde "Nadie cuestiona al vicio de alejarse del abrazo fraterno", provoca una visión desencantada frente a los grandes ideales sociales y se descubre una herencia compartida que reza "Hemos nacido arrojados/ en sábanas de arena/ en el límite del odio": no existe, pues, tal cosa como un destino idílico, sino uno dado socialmente desde la vileza.


Cada quien habla mediante su lugar de enunciación particular; en este caso, la autora habla en y sobre el norte de México, región que siempre ha estado plagada por los asesinatos, la tortura, fenómenos como la trata y la desaparición (no olvidemos a las muertas de Juárez), lo cual responde, parafraseando a Sayak Valencia, a la primacía del crimen organizado así como la lógica neoliberal que desacraliza los cuerpos. En ese sentido, hacer poesía, pese a la parálisis que nos inyecta el terror, es un acto de resistencia.


Más que ficción, Cano proporciona el retrato de un país que sigue poniendo el dedo en nuestra llaga, donde los males no dejan más recurso que confiar el último ápice de esperanza a lo divino, a la lucha incierta y sin tregua sabiendo que "A la deriva/ la madre desierto nos arrulla/ en su cuna de arena movediza".



*Sobre la autora:

Valeria Mendoza(2000) es originaria de Tapachula, Chiapas (México). Pertenece al área de cuidado editorial de Ala Ediciones. Ha sido publicada, en los géneros de poesía y narrativa, en revistas impresas y digitales de México, Francia, Brasil y Argentina y en el libro Primera Antología de Narrativa Chiapaneca Fulgor Púrpura.



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