Andábamos en plena tarea de elegir una serie y nos topamos con un par de títulos, pero luego de leer las sinopsis nos descartamos por The handmaid´s tale (el cuento de la criada) por su temática.
"Andábamos" hace alusión a dos personas, mi hija y yo. Ahora empiezo a hablar en singular: me tenté tanto con el tema de la mujer dentro de un sistema teocrático que busqué el libro y mientras ella bajaba la serie, yo me dediqué a devorarlo.
El cuento de la criada de Margaret Atwood sensibiliza. Me dejó con los sentimientos a flor de piel los días que estuve sumergida en la lectura, discutiendo con todos los hombres que osaban hacer alguna crítica, por mínima que fuera, en contra de la mujer. Observé mi estado desde la distancia y pude ver cómo me afectaba, haciendo una revisión mental de las reacciones de la sociedad ante algunos conflictos desatados por "feministas" (porque el término se usa de manera peyorativa. "Sos una feminista" te dicen, como queriendo ofenderte, y te señalan, porque llevas encima lo que para ellos podría ser una enfermedad degenerativa).
Retorno al libro, la historia es sobre una mujer que cuenta su propia historia, de ahí el nombre que da al libro. Ella decide que cuenta un cuento porque necesita que tenga el final que ella prefiera y que ante todo, tenga un final y pueda seguir su vida tal como la había vivido antes de que la organización secreta Hijos de Jacob matara al presidente y sumiera al país en la república de Gilead, un lugar donde la mujer retrocede centurias y es considerada nuevamente un objeto decorativo ingenuo-ignorante, de recato, de pureza y ante todo de reproducción. Sus libertades quedan obsoletas. El hombre manda, decide, castiga y premia a través de otras mujeres creyentes que no superan el período que tuvo la mujer de "libertinaje" y con mano dura se encargan de ponerlas nuevamente en el camino del señor.
Y aquí es donde uno piensa en nuestra sociedad y en las mujeres que defenestran a las feministas y sus acciones, sin pensar en que viven con libertades y derechos que fueron conquistados por las muy odiadas feministas a lo largo de la historia. La garra del patriarcado las ha moldeado con tanta perfección que son la viva mente del androcentrismo pero con concha y tetas. Con sucias conchas y tetas, pecaminosas, lujuriosas, concupiscentes.
En el cuento, Defred (patronímico compuesto por la preposición posesiva y el primer nombre del caballero a la que pertenecerán para darle un hijo) es una mujer que intenta huir de la salvajada en la que se está convirtiendo en país y es capturada, separada de su marido, su hija y llevada a un centro que la preparará para su nueva condición de "criada".
Las mujeres son divididas en distintas clases y las vestimentas son tu etiqueta. Las criadas serán destinadas a las casas de hombres poderosos que no logran que sus mujeres engendren hijos. Serán vientres ambulantes, ovarios sanos obligados a ser fecundados. La mujer deja de ser una persona y queda reducida a un simple contenedor... porqué dios así lo exige.
Defred cuenta lo que está viviendo en medio de constantes flasback que llenan los baches y comprendes su presente mientras espías su pasado. Llevas con dolor la evolución de una mujer que formará parte de la "generación de transición". Mujeres que conocieron un mundo donde tenían la libertad de dar batalla por sus derechos a ese simple estar inclinada bajo el puño del hombre y de dios.
Defred es consciente de que seguirán generaciones que vivirán con normalidad esa estadía que para ella es insoportable por que serán mujeres que habrán nacido en el seno de una sociedad que las minimiza y no se darán cuenta de eso (o sí, y la batalla comenzará como nuestra historia real lo acredita).
Defred es una mujer con miedo, por ratos como lector sentí la necesidad que fuera más valiente, que se convirtiera en una antorcha de estrógeno y que quemara a todos antes de perder su vida por la causa, pero la autora pinta a su protagonista como una humana que tiene miedo del castigo. Que es doblegada por la violencia y que se somete a la autoridad, por supuesto que también habrá heroínas, pero no serán el eje central del libro, y eso también me gusta, que la figura principal no sea alguien que combate a costa de su vida, sin importarle nada, sino una mujer como cualquier otra.
La serie comencé a verla, promete, pero no sé si llevará a generar tanta empatía y bronca y provocará tantas revisiones mentales a nuestra sociedad como lo hizo el libro.
A mis amigas lectoras (amigos también) se las recontra recomiendo, al libro lo tengo en formato pdf, lo pueden poner en sus celulares y leerlo mientras van al trabajo o a las luchas por los derechos de la mujer. Si quieren leerlo me lo piden y recontra gustosa se los paso.
P/d: me impactó, por la violencia que conlleva, una frase que le supo decir la madre de Defren (una feminista de alma) "un hombre es simplemente el instrumento de una mujer para crear más mujeres". Mi hija suele decirme que hay feministas extremas y discutimos por eso "no hay extremas" suelo responderle. La lucha por los derechos de las mujeres es como cualquier otra lucha, necesita agresión, mostrar los dientes, morder o la tajada que se saca es mínima. Hay mujeres que están diseñadas para la lucha, para la guerra, no retroceden, son éstas las que generalmente consiguen los logros que luego disfrutan las que critican desde sus cómodos lugares.
P/d 2: "nolite te bastardes carborundorum", es una frase que Defren encuentra escrita en letras pequeñísimas en el ropero y que fue puesta por su antecesora, una mujer que decidió ponerle fin a su vida y que define y condensa lo que este libro necesita comunicar "no dejes que los bastardos te carbonicen" (aunque a ella la carbonizaron... ¿o no? ¿O fue su autodestrucción un final feliz?).